sábado, 29 de octubre de 2011

Capítulo 17 - Inesperado.

Mientras caminaba con Peter confundida, mi mente trajo los recuerdos de esta mañana por lo que me detuve tomando el brazo de mí amigo.
— ¿Cuándo y por qué le dijiste a la directora que yo no recordaba con claridad la noche del baile?—dije un poco seria.
Peter me miro sin decir nada y luego tomándome levemente por los hombros me dijo: —quiero protegerte.
— ¿Cómo? ¿Alejando a mí amiga?
—Ella no es tu amiga, tú eres solo un alimento para ella—dijo en un susurro, note que estaba molesto.
—Claudia no quiere hacerme daño, ¿Por qué no entiendes eso?
—Pongamos el caso de que sea cierto, no digo que lo sea, pero mientras estés cerca de ella estarás cerca de su novio o lo que sean ellos y el si quiere tu sangre—cada vez aumentábamos el volumen de nuestras voces.
—Se cuidarme de él, y sé que eso solo fue esa noche—dije cruzándome de brazos—, no volverá a pasar.
— ¿Cómo puedes asegurarlo?, la respuesta es que no puedes Rebeca, tu eres humana y ellos vampiros, esa combinación no funciona.
—Puede funcionar—dije testaruda. 
—Eso es imposible, cosa de libros y series de tv que te meten en la cabeza.
—Sabes que, hablemos después—y así le di la espalda y me fui a mi habitación.
Mientras caminaba camino a mi habitación vi a Andrew caminando en la misma dirección por eso decidí alcanzarlo. “Solo por el bien de la clase de arte ¿cierto?”, pensé.
—Andrew, ¿haremos el trabajo de arte?—pregunte cuando le alcance.
—Ah cierto, claro vamos—dijo sin mirarme.
¿Qué le pasaba a este chico?, unos días me acosa y me roba uno que otro beso y luego me ignora y no voltea a verme. Bueno entonces hare lo mismo.
Llegamos en poco tiempo a mi habitación, cuando llegamos saque un lienzo del armario y las pinturas.
—Antes de empezar, ¿Qué fue lo que pasó con Camila?—dije aun confundida.
—Veo que todavía hay muchas cosas que aclarar—dijo mirando algo en su mano abierta.
Se acercó a mí y me puso mi collar con la piedra de la luna. Luego se sentó en la cama de Claudia.
—Esto es comprensible, nadie te ha enseñado el enorme poder que tienes en tus manos. Bueno en este caso en tú cuello—dijo señalando el collar—. Las piedras tienen ciertos poderes que ya iremos conociendo ya que también me corresponde buscarla por órdenes de mi madre.
—Entonces, lo que paso ahí fue el poder de la piedra—deduje.
Así es mi querida Watson—dijo el mirándome para luego reírse, yo me uní a sus risas. Entonces, ¿quieres decir que la piedra hace daño?
No exactamente, es que en ese momento estabas enojada ¿cierto?Asentí—, bueno tal vez fue tu reacción la que hizo que lo poderes resurgieran, solo te defendiste.
— ¿Poderes psíquicos? —dije sarcástica.
—Al parecer, sí dijo el caminando hasta pararse frente a la cama —. ¿Hacemos el trabajo?
Sentí que otro impulso venia. Yo estaba sentada en la cama y frente a mí—un poco alejado—estaba el parado mirándome mientras sonreía. Me arrodille en la cama y así me acerque a él.
Él no se movía, y su sonrisa había desaparecido. Con mi mano derecha toque su mejilla y luego le bese.
Fue un beso ligero—porque lo tome por sorpresa—, y luego el empezó a mover sus labios junto con los míos sincronizadamente. En eso sentí como si no fuera la primera vez que nos besábamos así. A mi mente llegaban recuerdos de besos de nosotros, pero vestidos con ropa totalmente vieja, como de otra época.
Andrew rompió nuestro beso dejando su frente junto a la mía, yo tenía mis ojos cerrados.
—Lo siento—dije con la respiración agitada.
—No tienes por qué disculparte, dime ¿sentiste eso?
—Creo que si—dije y luego el empezó otro beso el cual profundizo aún más.
Puso su mano derecha sobre mi cintura y con la otra se apoyó en la cama para bajar lentamente y quedar sobre mí.
Ahí estábamos, besándonos. Y teniendo recuerdos sobre nuestras almas.
Me separe de el—sin pararme de la cama—y abrí los ojos para mirarle. Estaba sonriendo, cuando abrí la boca para decirle todo lo que sentí alguien toco la puerta. Yo me senté y él se paró para ponerse lo más alejado posible.
—Pase—dije nerviosa.
En eso entro Peter, estaba serio y con razón ya que habíamos peleado: — ¿Qué quieres?—dije levantándome.
—Traerte algo—dijo y detrás de él entro Claudia, me sentí confundida.
—Tenías razón, no es manera de protegerte—dijo Peter acercándose—. Hable con la directora y le explique que si algo pasaba que me culpara solo a mí, pero que la dejara regresar.
Sin decir nada una muy sonriente Claudia se me acerco y me abrazó.
—También dejaron volver a Víctor, él está arrepentido de verdad—dijo mientras yo me estremecía levemente.
Cuando Claudia se separó me sonrió de nuevo y yo le correspondí, luego me acerque a Peter y le dije: —gracias, y perdón por ser tan testaruda a veces.
—No te preocupes—dijo el abrazándome y besando mi cabeza como si fuera mi hermano mayor.
—Yo me voy—dijo Andrew—, me llevare el lienzo y pintare yo el trabajo… ¿está bien?
—Pero…
—No te preocupes, imagino que tendrás mucho que hablar con Claudia—dijo guiñándome el ojo a lo que yo respondí ruborizándome. Luego se marchó.
Peter también se fue, y quedamos solo Claudia y yo. Ella se acostó sobre su cama feliz, pero luego de unos minutos la olisqueo y su ceño se frunció.
— ¿Qué paso aquí?—dijo mirándome.
— ¿De qué hablas?—dije desviando la mirada.
El color subía a mis mejillas cada vez más, sabía que Claudia supo lo que paso con Andrew.
— ¿Qué estabas haciendo con Andrew?—se acercó a mi sonriente.
— ¿Cómo lo sabes?—dije, de verdad quería saberlo.
—Pues su olor y el tuyo esta en toda mi cama—dijo ella como si fuera algo obvio.
—Eh, claro—dije pasmada—. Está bien no lo puedo ocultar, estábamos hablando de esta tonta piedra—la señale—y yo me deje llevar por mis impulsos me acerque y lo bese, luego paso algo extraño y de un momento a otro estábamos acostados besándonos.
—O sea que, ¿te interrumpí con mi llegada?—dijo alzando una ceja.
—Si—dije sonrojándome aún más, aunque pensaba que ya era imposible.
Claudia empezó a dar saltos y a reír como una tonta: —El aislamiento te hizo mal—le dije con sinceridad, nunca la había visto reaccionar así.
—Es que me alegro por ti, y pues por Andrew, guardar el secreto de ustedes dos es muy aburrido—dijo acercándose de nuevo a mí.
— ¿Secreto?
—Hay, olvídalo—dijo entre risitas.
—Eres rara, ¿lo sabías?—dije uniéndome a sus risas.
—Soy un vampiro, y que bien se siente decírtelo.
Pasamos muchas horas hablando de cualquier cosa como Camila y mis clases con mi nuevo tutor, pocos días habían pasado desde el baile y ella y yo habíamos vivido ciertas cosas que no eran normales.
Luego llego cierto tema que era inevitable.
—Los vampiros en su mayoría son muertos vivientes, son convertidos por otro vampiro.
Me estremecí: — ¿Y cómo haces para convertirte en un vampiro?
—Obviamente tienen que tomar de tu sangre, pero no es así de sencillo. Como el nombre lo dice “muerto viviente”, deben matarte quitando todo rastro de sangre de tu organismo, pero hay otro tipo de vampiro que es el que nace de vampiros—se explicó ella.
— ¿Tu… eres muerta viviente?—pregunté.
—No, mis padres si—dijo ella sin interés—. Y por si te lo preguntas, creceré hasta cierto punto de mi vida, cuando mi cuerpo deje de cambiar me congelare y viviré por siempre.
— ¿Y Víctor también?—dije algo que era obvio.
—Pues sí, estaremos juntos siempre—Claudia le sonrió a la idea.
Había una pregunta que estaba en la punta de mi lengua queriendo salir, pero no me atrevía ya que me aterrorizaba, pero de todas maneras la curiosidad ganó y pregunte.
— ¿Y te alimentas de sangre humana?—dije vacilante.
Ella mi miro por unos segundo—infinitos—como evaluando mis reacciones: —sí, pero no mato para obtenerla como otros de mi raza, la tomo de un banco de sangre o cosas parecidas.
— ¿Y la luz del sol no te afecta?—era una pregunta tan tonta.
—Pues sí, me debilita y por eso es ese líquido rojo que tomo en el instituto.
— ¿El energizante?
—Sí, es lo único que no te oculté. Además de reemplazar la sangre el suficiente tiempo para vivir, aunque un poco debilitada déjame decirte, nos protege de la luz del sol—decía ella señalando su vaso térmico sobre la mesita de noche—es una especie de componente lo que nos ayuda. 
Estuvimos toda la noche hablando de distintas cosas, como su relación con Víctor y de ciertos vampiros a los que ella conocía. Conto cosas de su familia y fue genial.
Luego de un día de locos, al fin Claudia había vuelto y todo estaba casi como antes de saber la verdad de esta escuela.
¿Las diferencias?, bueno tengo que aprender de un mundo—mundo mítico—el cual acabo de descubrí y buscar a mi hermano de alma el cual tal vez este en mi contra… y además buscar unas piedras mágicas las cuales debo cuidar.
No, nada sería como antes.

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